En una semana como ésta, con la resaca de los Oscar y de la época de premios, galas y entregas, me sale pensar en ese momento en que los ganadores reciben el galardón, el momento en que se paran a pensar en las personas que más quieren o que han hecho algo por ellos y les dedican el premio.
¿Os imagináis vosotros dando las gracias a vuestra pareja cada vez que vuestro jefe os diera un feedback positivo u os diera una palmadita en la espalda? ¿Os veis dedicándole el sueldo a vuestra familia? La verdad es que resultaría raro... como mínimo.
Pero ¿acaso no hay algo de sincero y honesto en esos agradecimientos? Si nos paramos a pensarlo, la vida laboral de los actores y cineastas puede resultar un tanto difícil de compaginar con la vida familiar y sentimental: trabajo intermitente, inversiones en proyectos que no siempre suponen ganancias, la fama (con la consecuente persecución de periodistas), los compromisos y los eventos... No todo es tan idílico y perfecto como imaginamos y quizá sí que hay una parte que se debe agradecer y reconocer.
Así que hoy os propongo algo para esta semana o para este final de mes (que está tan cerquita) que se puede llegar a convertir en una costumbre habitual: agradezcamos a nuestra pareja lo que hace por nuestra vida laboral.
A veces nos acostumbramos y damos por hecho lo que entra en nuestra rutina, dando por sentado que el otro está obligado a ayudarme y olvidando que, en realidad, en una pareja elegimos hacer por el otro. Tampoco me malinterpretéis, está bien esperar algo cuando ya está acordado y no nos tenemos que ir al extremo más alejado de agradecer cada mínimo paso y cada detalle que el otro hace por mí. Pero también hay ocasiones en que quizá pasamos por alto el esfuerzo que han puesto.
Por eso hoy os invito a pensar qué es lo que puede estar haciendo por vosotros vuestra pareja en este ámbito: quizá me está ayudando a buscar trabajo o ha invertido conmigo en un proyecto que quería poner en marcha; a lo mejor me ha hecho un favor mientras yo estaba en una reunión fuera del horario habitual; o tal vez cuando llego a casa después de un día largo me deja desahogarme o me ayuda a resolver algún problema; incluso, puede que haya días que aguantarme con el mal humor con el que llego sea más que suficiente.
Recuerda que no se trata de agradecer cada mínimo detalle, pero sí que es importante apreciar lo que otro hace por mí y valorar lo que realmente me gusta y agradezco que haga (si solo nos quejamos de lo que no hace, al final es como si tuviera el foco puesto en lo que no me gusta).
Por eso hoy os invito a pensar qué es lo que puede estar haciendo por vosotros vuestra pareja en este ámbito: quizá me está ayudando a buscar trabajo o ha invertido conmigo en un proyecto que quería poner en marcha; a lo mejor me ha hecho un favor mientras yo estaba en una reunión fuera del horario habitual; o tal vez cuando llego a casa después de un día largo me deja desahogarme o me ayuda a resolver algún problema; incluso, puede que haya días que aguantarme con el mal humor con el que llego sea más que suficiente.
Recuerda que no se trata de agradecer cada mínimo detalle, pero sí que es importante apreciar lo que otro hace por mí y valorar lo que realmente me gusta y agradezco que haga (si solo nos quejamos de lo que no hace, al final es como si tuviera el foco puesto en lo que no me gusta).
“Sentir gratitud y no expresarla, es como envolver un regalo y no darlo.”William Arthur Ward (1921-1994), escritor estadounidense
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