miércoles, 13 de abril de 2016

Todo empieza con un primer beso

  Hay muchos primeros besos. El primero de todos; el primer beso como pareja oficial; el primer beso con el que sentisteis mariposas en el estómago; el primero ya casados; el primero después de aquella conversación que tanto marcó la relación... Sea como sea, llegue cuando llegue, no importa. Se quedará grabado en la memoria. Y es que "no hay nada como el primer beso", que decía aquella película de P. Segal.

  Hoy es el Día Internacional del Beso y, aunque ya hace un año comentamos lo importante que es besarse a diario, hoy quería hacer especial hincapié en el primero de muchos. Es la casilla de salida, el momento en que empezamos a recorrer el camino junto a otra persona (un trayecto que seguirá repleto de nuevos besos).
  
  Ese primer beso, ya ha sido creado e imaginado durante un tiempo antes. Por eso no sabe sólo a amor; sabe también a nervios, a novedad, a ganas y a locura. Y precisamente por eso lo recordamos como inolvidable y perfecto... ¿o no? 

  ¿Quizá no cumplió las expectativas? ¿No fue ese beso de película tan esperado? ¿Sabe ese primer beso a veces a decepción?

  Es posible que ese primer beso decepcione: puede que los besos llegaran antes que los sentimientos, que el lugar no fuera precioso, que el momento no fuese el mejor o que no se supiera cómo responderlo porque no era lo que se esperaba. ¿Lo bueno? Que ese primer beso no es el definitivo. Para empezar, porque hasta en las mejores películas hace falta más de una toma y varias cámaras para captar esa perfección. Y además, porque los besos se mejoran, se forjan día a día y se pueden añadir muchos sabores con el paso del tiempo.

  Dejan de saber a novedad y empieza a saber a conocimiento del otro; ya no van con los nervios del principio, sino cargados de los sueños, las esperanzas y las metas que vais construyendo en común. Porque aunque el primero sea la casilla de salida, la partida no ha hecho más que empezar. Y la partida siempre es mucho más divertida a medida que avanza el juego. 

  Los besos son importantes, nos dicen mucho del otro, de cómo somos cada uno cuando estamos en su compañía y de cómo nos estamos relacionando. Y como toda cosa importante, también hay que dedicarle tiempo y esfuerzo. ¡Besémonos a diario! Realmente, muchos besos pueden ser mejores que el primero.

“Cada beso llama a otro beso. ¡Con qué naturalidad nacen los besos en esos tiempos primeros del amor!”.
Marcel Proust (1871-1922), novelista francés